La lectora (1890) Auguste Renoir
El vicio de leer no puede ser impuesto, como tampoco puede imponerse la pasión, porque no se puede obligar a nadie a enamorarse. Sin embargo, sí puede ser contagioso. A leer también llegamos por imitación, porque la lectura no es exclusiva ni de la razón ni del cálculo, sino de la pasión y del sentimiento.
Os dejo unos fragmentos de La historia interminable, de Michael Ende en el que describe este delicioso vicio.
"Quien no haya pasado nunca tardes enteras delante de un libro, con las orejas ardiéndole y el pelo caído por la cara, leyendo y leyendo, olvidado del mundo y sin darse cuenta de que tenía hambre o se estaba quedando helado...
Quien nunca haya leído en secreto a la luz de una linterna, bajo la manta, porque Papá o Mamá o alguna otra persona solícita le ha apagado la luz con el argumento bien intencionado de que tiene que dormir, porque mañana hay que levantarse tempranito...
Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia maravillosa acababa y había que decir adiós a los personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba, por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida le parecería vacía y sin sentido...
Quien no conozca todo eso por propia experiencia..."
¡me encanta tu blog!
ResponderEliminarCreo que los materiales que utilizas y las actividades que propones para acompañarlos son estupendos y muy motivadores.
Además me encanta el acompañamiento tan personal y poético de las fotografías y de tus propios textos acompañando e introduciendo tu página.
Estupendo blog!
Ya he recogido algunos pensamientos tuyos para hacerlos míos y utilizarlos en mis clases. Me gusta tu blog! (el cuadro de Renoir pienso buscarlo en lámina para mi biblioteca)
ResponderEliminarOlvidé firmar el último comentario: Ana serrano
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